Durante esta sección se explicó cómo el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) se convirtió en un insumo estratégico para SUNAT al momento de detectar incrementos patrimoniales no justificados en personas naturales. A pesar de tener una finalidad recaudatoria mínima, el ITF sirvió como marcador financiero para rastrear los movimientos bancarios y contrastarlos con lo declarado en las declaraciones de renta.
Se detalló que SUNAT utilizó esta información para reconstruir el flujo de fondos de los contribuyentes, identificando patrones de depósito, transferencias entre cuentas, ingresos frecuentes o montos significativos que no guardaron relación con los ingresos reportados. Una alerta común fue la presencia de depósitos sostenidos sin sustento, especialmente cuando los contribuyentes no bancarizaron correctamente sus operaciones o mantuvieron ingresos paralelos sin declarar.
Se mostraron ejemplos donde contribuyentes fueron notificados tras detectarse movimientos superiores al promedio mensual declarado, incluyendo consumos con tarjetas, depósitos en efectivo y pagos desde terceros sin relación laboral o contractual. Asimismo, se explicaron errores frecuentes como asumir que los depósitos entre cuentas propias no generaban riesgo, o que el ITF no era revisado activamente por la Administración Tributaria.
El contenido también abordó cómo el análisis del ITF debía ir acompañado de documentación de respaldo: constancias bancarias, contratos, declaraciones anticipadas o informes patrimoniales que acreditaran coherencia entre lo bancarizado y lo declarado.
Esta revisión demostró que, en la práctica, el ITF funcionó como un espejo del estilo de vida económico del contribuyente, más allá de lo formalmente declarado ante SUNAT.